LA INCREÍBLE HISTORIA DEL THEREMIN

El músico y físico Lev Sergeyevich Thermen (1886-1993), conocido en occidente como Leon Theremin, inventó en 1919 un aparato llamado aetherophone. Más tarde, el aetherophone se conocería popularmente por el nombre de su creador, el theremin. De esta forma, el theremin es, oficialmente, el primer instrumento electrónico de la historia. Y, es desde luego, el más curioso y enigmático.

Para conocer la historia del theremin, hemos hablado con nuestros amigos de MicroFusa, distribuidores de theremins (Moog Theremin) en España.

El invento accidental del theremin

Lev Thermen fue un apasionado de la ciencia desde una edad temprana. La I Guerra Mundial lo alejó de su gran afición, pero pasada la guerra recibió una invitación del fundador del Instituto Físico-Técnico en San Petersburgo, el investigador Abram Fedorovich Ioffe.

Su misión era desarrollar métodos de medición haciendo uso de osciladores de alta frecuencia, muy usados en radiocomunicaciones. Durante sus investigaciones creó un oscilador de alta frecuencia que podía medir la constante dieléctrica en algunos gases, cosa que le dio pie para desarrollar sensores de proximidad. Terminando los circuitos de esta nueva tecnología, descubrió que la capacitancia de su cuerpo contra la del circuito hacía que se modificara la frecuencia del oscilador. Thermen lo vio como una oportunidad.

Su hallazgo sirvió para desarrollar varios inventos. Pero, en definitiva, fue clave para el desarrollo del theremin. El sonido se produce cuando algo vibra. En un theremin, esta vibración se produce por la corriente eléctrica que genera el instrumento mediante un complejo sistema de válvulas y bobinas. Esta corriente eléctrica crea un campo electromagnético en el que las manos del músico interfieren al acercarse a sus antenas, controlando las oscilaciones de la corriente y creando ondas de sonido. La corriente que se produce tiene una frecuencia que no capta el oído humano, así que este aparato también mezcla dos corrientes para cambiar la frecuencia y hacerla audible. La música brota del instrumento sin que las manos del músico lleguen a tocarlo. Thermen se acercaba a su invento, colocaba sus manos alrededor de sus dos antenas y la música comenzaba a sonar. Ciertamente parecía magia.

En 1922 presentaba su invento ante Lenin que quedaba impresionado.

 

El theremin se presenta al mundo

El dirigente soviético quedó tan impresionado que mandó a Thermen de gira por Europa para mostrar la genialidad de los inventores rusos. Durante este tour el músico tocó su theremin en lugares como el Albert Hall de Londres y la Ópera de París. Años más tarde, en 1928, el Comisariado del Pueblo para la Educación lo destinó en Estados Unidos. Vivió allí durante nueve años, montó una empresa y un laboratorio en Nueva York, patentó el theremin y tuvo la oportunidad de tocar en algunas de las salas más importantes del país. Allí conoció a Clara Rockmore, que se convirtió en la primera concertista de theremin.

La Radio Corporation of America (RCA) decidió apostar por el theremin y otorgó a Thermen la cantidad de 100.000 dólares para que pudiera desarrollar su producto. El producto salió a la luz en septiembre de 1929 por un precio de 220 dólares.

A partir de aquí ya nace la leyenda del theremin. Una leyenda que mezcla la increíble vida de su inventor (acusado de espionaje, desaparecido varios años, enviado a un gulag en Siberia), con la alucinante historia de su invento, utilizado por multitud de artistas (desde los Beach Boys a Marilyn Manson) y piedra angular de los sonidos más misteriosos del cine y la televisión.