¿PERDER KILOS NOS HACE MÁS FELICES?

Es evidente que perder kilos (al menos perder esos kilos que nos sobran) mejora nuestra salud física… ¿pero mejora nuestra salud psicológica? A primera vista podríamos pensar que es algo normal, ¿no? Perder kilos incrementa nuestra satisfacción, ¡sobre todo en el momento de subirnos a la bascula de baño y ver que hemos bajado el peso!

En realidad, es uno de los principales argumentos a favor de adelgazar: además de los beneficios físicos que representa perder peso, se entiende que la lucha contra la bascula de baño mejorará nuestra salud psicológica pues representará un aumento de nuestra autoestima. Aunque, por otro lado, tendemos a olvidar los desajustes mentales que pueden causar las dietas.

PERDER KILOS TE BAJA LOS ÁNIMOS

Según un estudio dirigido por la psicóloga Sarah E. Jackson, del University College de Londres, aunque haciendo dieta consigas perder hasta un 5% de tu peso, y eso haga que te encuentre más sano físicamente, por otro lado, también hace que te encuentres más deprimido. Esta disminución del estado del ánimo aumenta en un 50%, incluso eliminando los efectos de otras circunstancias personales como puedan ser problemas económicos, laborales o personales.

Este efecto desmoralizante podría ser debido, en parte, al incumplimiento de las expectativas: cuando empezamos una dieta para perder kilos lo hacemos animados por las promesas de que la bajada de peso representará una mejora radical en todos los aspectos de nuestra vida. Algo que en realidad no ocurre. Y ocultan el gran esfuerzo que supone seguir estos regímenes.

Por otro lado, al encontrarnos siguiendo una dieta nos enfrentamos a la pérdida de hedonismo. Nuestra sociedad antepone la consecución de objetivos al disfrute vital. Y, en ese aspecto, seguir una dieta requiere, a menudo, renunciar a un placer tan básico para muchos de nosotros como es el del buen comer. Y sustraernos de esas sensaciones tan positivas como las que nos proporciona la buena comida también nos pasa factura.

UNOS CONSEJOS PARA SEGUIR TU DIETA

De todas formas, si tu objetivo es perder kilos y no temes enfrentarte a la bascula, te damos unos consejos para que te sea más fácil:

• Dormir bien ayuda a perder peso: Según un estudio de la Universidad de Chicago, dormir durante toda la noche hace que se pierda más cantidad de grasa.
• Evitar los antojos con imaginación: Científicos de la Universidad Carnegie Mellon han descubierto que cuando nos ataquen los inevitables antojos de comer chocolates o dulces una buena solución es imaginarse tomando grandes cantidades de esas delicias. Eso puede ser suficiente para calmar el apetito.
• Beber agua: Un estudio de la Sociedad Americana de Química demostró que beber dos tazas de agua antes de comer ayuda a perder peso y combatir la obesidad.
• No comas delante del ordenador: Un trabajo publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition determina que comer mientras trabajamos con el ordenador puede aumentar nuestro apetito a lo largo del día.
• Vigilar las etiquetas de los productos: Es importante fijarse bien en las etiquetas de los alimentos. Es un hábito que nos puede ayudar a perder peso según un reciente estudio de la Universidad Estatal de Washington.
• Mejor comer lento: Cuando comemos rápido se reduce la segregación de unas hormonas que provocan la sensación de estar lleno. La reducción de esas hormonas nos lleva a comer en exceso y, por lo tanto, a engordar.