CUANDO SURGIÓ LA JOYERÍA
Cuando abrimos nuestros estuches de joyería para elegir la pieza que nos pondremos hoy, no somos conscientes de que, ese pequeño gesto, la humanidad lo lleva realizando prácticamente desde sus inicios. Las joyas siempre han formado parte de nuestra cultura y nos han acompañado en este largo viaje a lo largo de los siglos. Se tiene constancia de su existencia desde hace más de cien mil años cuando nos ancestros ya adornaban sus cuerpos con piedras, plumas de aves, huesos de animales, conchas marinas, pedazos de madera.
En Totbag nuestros estuches de joyería ahora incluyen piezas elaboradas con materiales muy diferentes. Y eso hace que nos preguntemos, ¿cuándo surgió realmente la joyería?
Realmente es difícil precisar en qué momento o en qué lugar surgió el arte de la joyería como tal. Sí, como decíamos, el hombre siempre ha sentido la necesidad de embellecer su cuerpo con aquellos accesorios que ha encontrado hermosos. ¿Pero en qué momento podemos afirmar que nació la joyería como una actividad artesanal organizada? ¿Cuándo aparecieron los primeros talleres, los primeros artesanos, los primeros comerciantes?
Efectivamente, es complicado afirmar cuando decidimos empezar a llenar nuestras cajas de joyería. Pero, más o menos, podemos decir que todo empezó hace unos 5.000 años y en tres lugares muy alejados entre sí a la vez: en la India, en la China y entre Mesopotamia y Egipto.
EGIPTO Y MESOPOTAMIA
Existe constancia del uso de joyas en Egipto desde hace 5.000 años, que preferían la manejabilidad del oro por encima de cualquier otro metal. Con el dorado metal, los egipcios usaban vidrios coloreados y piedras preciosas, dotando de una importancia especial a los colores. Por otro lado, en los estuches de joyería del Antiguo Egipto también podían encontrarse piezas de plata y lapislázuli que eran importados de más allá de sus fronteras.
Se sabe que fabricaban sus joyas en grandes talleres y que las exportaban a otros pueblos como los fenicios o los persas.
Por lo que respecta a Mesopotamia, hace más de 4.000 años el oficio de joyero era uno de los más importantes en ciudades como Sumeria o Acad. Sus joyas solían estar manufacturadas a partir de metal en láminas finas sobre las que colocaban un gran número de piedras coloreadas brillantes (sobretodo ágatas, lapislázuli, cornalina y jaspe). Sus formas favoritas eran hojas, espirales, conos y racimos de uvas.
Los joyeros mesopotámicos crearon joyas no sólo para uso humano, sino también para adornar sus estatuas e ídolos. Empleaban una amplia variedad de técnicas como el esmaltado, el cloisonné, el grabado, la granulación, o la filigrana.
INDIA Y CHINA
Paralelamente, en la lejana Asia también se desarrollaba el arte de crear joyas. En India ya pensaban en estuches de joyería hace 5.000 años, siendo uno de los primeros pueblos que se inició en este arte la cultura del Valle del Indo, creando pendientes y collares de oro, así como collares de cuentas y pulseras rígidas. Estas joyas eran llevadas por las mujeres que solían portar pulseras primera elaboradas con abalorios de arcilla o conchas, y más tarde delgadas bandas de oro, pendientes, broches primitivos, gargantillas y anillos también de oro.
En China la tradición comenzó durante la misma época, aunque su difusión no se extendió hasta 3.000 años después con la aparición del budismo.
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