LA BELLEZA DEL ARTE ORIENTAL

Que el arte oriental cada vez está ganando más adeptos es un hecho irrefutable. Pero, posiblemente, se trate de un reflejo de la popularización de la cultura oriental en general que se está dando en todos los niveles. La globalización ha conseguido que sociedades tan diferentes a la nuestra como la china o la japonesa empiecen a formar parte de nuestro acervo cultural. Pero lo cierto es que el arte oriental ya irrumpió en la sociedad occidental a principios del siglo XIX, cuando toda una generación de artistas europeos fue seducida por el influjo de Oriente.

En el artículo de hoy no vamos a hablar de la influencia del arte oriental en la cultura occidental. Simplemente nos limitaremos a hablar de sus características centrándonos en el arte japones y el arte chino. Quizás las dos culturas que más han calado en nuestros corazones. Y para descubrir los secretos de estas culturas milenarias hemos hablado con nuestros amigos de Antigüedades San Francisco, expertos en arte oriental en Barcelona.

El arte oriental

Cuando hablamos del arte de Oriente hacemos referencia a un gran abanico de influencias culturales y religiosas que se distribuyen a lo largo de los diversos países del Extremo Oriente. Entre ellos cabe destacar el arte chino, el arte japones, el arte de la India, el arte coreano, el arte tibetano o el arte de Oriente Próximo.

Interrelacionados entre sí, aunque comparten elementos comunes, no se puede determinar un estándar definitorio. “Arte oriental” es más una etiqueta que determina una localización que una etiqueta puramente estilística.

El arte chino

Tal como nos cuentan nuestros amigos de Antigüedades San Francisco, el arte chino es uno de los estilos más populares entre los coleccionistas. Con una historia que se remonta al 1600 a.C., muestra  una evolución más uniforme que el arte occidental. Con un trasfondo cultural y estético común a las sucesivas etapas artísticas, marcadas por sus dinastías reinantes.

Como la mayor parte del arte oriental, el arte chino denota una importante carga religiosa (especialmente del taoísmo, el confucianismo y, sobretodo el budismo) y de unión con la naturaleza.

También es destacable que, al contrario que en Occidente, al arte chino valora por igual disciplinas tan diferentes como  la caligrafía, la cerámica, la seda o la porcelana, que la arquitectura, la pintura o la escultura, a la vez que está plenamente integrado en su filosofía y su cultura.

El arte oriental japones

Mucho más popular y conocido es el arte oriental japones. Con una historia que se remonta al año 11000 a.C., a diferencia del arte chino, el arte japones ha ido desarrollando diversos períodos y estilos a lo largo de su historia. Esto ha sido debido, en gran parte, a las constantes influencias sufridas debidas a su condición de islas. Desde los primeros Ainu llegados probablemente cuando Japón aún formaba parte del continente, pasando por malayos, chinos, coreanos, todos ellos han conformado un arte sobretodo ecléctico.

Por otro lado, al igual que el arte chino, gran parte del arte oriental japones también es de tipo religioso. Especialmente centrado en sus dos religiones mayoritarias: el sintoísmo (formada alrededor del siglo I), y el budismo, que llegó hacia el siglo V, forjando un sincretismo religioso que también se vio reflejado en el arte.

Todas estas características imprimen al arte oriental chino y japones de una impronta única que le imbuye de una belleza especial. Si buscas piezas de arte de Oriente, no dudes en ponerte en contacto con Antigüedades San Francisco, especialistas en arte oriental en Barcelona.